La infalibilidad de los refranes

Refrán: Dicho agudo y sentencioso de uso común

La sabiduría popular expresa un conjunto de reglas con consenso social mediante frases cortas, generalmente de contenido humorístico y/o reflexivo. “El ojo del amo engorda el ganado” es del tipo reflexivo y marca la conducta egoísta del que da preeminencia y superioridad a los bienes propios (más aún si son objetos de comercio) por sobre los de los demás. “Como será la laguna que el chancho la cruza al trote” utiliza el humor basado en la brevedad de extremidades del porcino, para poner en evidencia a quien exagera una situación determinada.

Últimamente me surgió la inquietud sobre las causas por las que como sociedad no discutimos su veracidad. Tienen prácticamente rango constitucional. Se transforman en dogmas sociales cual verdad revelada. “La mentira tiene patas cortas” es una sentencia infalible? Acaso no hay mentiras eternas? No existen hábiles mentirosos que hacen un arte de la impostura y se llevan a la tumba extrañas historias y realidades ocultas? Sin entrar en el trillado debate de si existe la verdad, porque si hay una mentira es porque debería andar existiendo una verdad por algún lado. “A buen entendedor pocas palabras”. A donde nos estaría llevando esta proposición utilizada con tanta frecuencia? Se ha demostrado alguna forma de predilección de las personas más inteligentes y prácticas por el lenguaje breve? En particular diría que conozco mayor cantidad de buenos entendedores que prefieren expresarse libremente, con abundancia de palabras, que adjetivan generosamente y comienzan a contar todas sus historias desde Adán y Eva (o desde el Big Bang), etc. O puede ser que estemos interpretando mal el sentido del refrán y que el mismo indique que cuando el entendedor es versado en la temática abordada, pocas palabras bastan para que el mismo lleve adelante los procesos mentales y cognoscitivos que le permiten aprender y dominar lo que se le quiere transmitir. En este caso entraríamos en colisión con otro dicho más general, el cual es poco acertado a mi humilde entender “lo que abunda no daña”. Este refrán tiene una ambición desmedida por la generalización y todos conocemos un sinfín de situaciones donde la abundancia tiene consecuencias nefastas. Digamos que el problema que tiene este último dicho es que abarca mucho y como todos sabemos “Quien mucho abarca poco aprieta”. A este último le encontramos mayor veracidad porque intuimos que debe estar basado en algún teorema físico y lo hemos evidenciado empíricamente al intentar apretar latas, botellas, etc.

Como anteriormente dimos por válido el consejo de que “Quien mucho abarca poco aprieta” abordaremos algunos subgrupos de refránes o dichos populares y/o particularidades interesantes (a juicio de este humilde servidor) de estos, sin emprender con ánimos enciclopedistas el refranismo como disciplina porque no nos alcanzarían el tiempo ni las ganas.

Los que hacen referencia a la salud psíquica o mental de un individuo se caracterizan por formar figuras geométricas o brindar imagen de completitud. “No tiene todos los patitos en fila”, “No tiene todos los caramelos en el frasco”, “Le faltan algunos jugadores en la cancha”, “Se le volaron los patos”, “No tiene todos los fósforos en la caja”.

El agua como fuente de vida, ha inspirado una gran cantidad de refranes, relacionados generalmente a actividades económicas primarias (agricultura, ganadería, pesca): “A rio revuelto ganancias de pescadores”, “Agua que no haz de beber, déjala correr”, “El buey solo bien se lame”, “El buey lerdo toma el agua turbia”,“Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe” (a que va ir el cántaro a la fuente sino es a buscar agua ☺), etc. Destacamos con cierta nostalgia la poca vida que le quedan a este tipo de sentencias, puesto que rondan en actividades que cada vez son realizadas por menos cantidad de personas. En virtud de ello pronosticamos que irán perdiendo uso paulatinamente puesto que nadie comprenderá a que realmente se está apuntando y porque es que el buey relegado toma el agua sucia.

Hay un grupo de refranes tendientes a formar hombres y mujeres de bien, con hábitos saludables y devotos. Al investigar este grupo podemos inferir que ciertas logias masónicas judeo cristianas se valieron, a lo largo del tiempo, de refranes para luchar en contra de Belcebú. Llegando, de esta forma, a las masas mediante dichos que hacen las veces de antídotos ante los 7 pecados capitales. “Al que madruga Dios lo ayuda”. Evidente remedio para la pereza. “Siembra viento, recogerás tempestades”. Consejo tendiente a formar personalidades dóciles en las cuales no tenga cabida la ira. “Más vale pájaro en mano, que cien volando”. Nos influye para que tengamos actitudes conservadoras, que nos conformemos con poco, en definitiva que no seamos avaros (avaricia). “Nadie diga: de esta agua no he de beber”. Nos da un baño de humildad para que cuando estamos en situaciones favorables, no nos creamos super poderosos, en definitiva combate la soberbia. “El que come y no convida, tiene un sapo en la barriga”. Clara advertencia destinada a los mas pequeños, sobre la virtud que conlleva ser medidos en el comer y beber (gula). “Quien envidioso vive, desesperado muere”. Busca marcar el oscuro final del envidioso quien por mirar demasiado la vida ajena posterga la suya hasta la desesperación (envidia). En cuanto a la lujuria, son un incontables los dichos, imágenes y postulados que hacen referencia a la misma, los cuales no serán transcritos en este texto debido a que el mismo es apto para todo público.

Lo que me estoy dando cuenta que con este texto no he cumplido el conocido refrán que indica, “Lo bueno si es breve, dos veces bueno”, les dejo unos versos del Martín Fierro rico en refranes, dichos y demás.

“A naides tengas envidia,

es muy triste el envidiar.

Cuando veas a otro ganar

a estorbarlo no te metás.

Cada lechón en su teta

es el modo de mamar”.